5/1/13



A mi los Reyes me traen cabrón dulce en forma de príncipe destronado


Hoy es un día más para la Humanidad, o un día menos, o un día que terminará en una noche mágica para los nenes, o un día en que seguiremos de morros y de lágrimas al ver los informativos. Pero...lo que no sabéis, es que yo hoy reiré como necesito, y besaré mucho a una persona. Esa persona que hace 17 años vino al mundo. Un mundo en un día frío, a 5 de enero (adelantándose dos meses, como su hermana mayor, por vivir con urgencia y ver la bondad y maldad que esconde esta pelota en la que jugamos todos a sobrevivir). Y yo, que fui al hospital el día 6, con mi regalo de Reyes, o de Magos que aún esa enana de cuatro años no conocía, pero que al verle supo que jamás iba a estar sola ya. A partir de ese momento, aquella enana de 4 años (casi 5) comenzó a creer en la magia. 




Y aquel niño vino para acompañarme, para quitarle kilos y kilos a mis preocupaciones, para sorprenderme con sus auténticas bobadas que me hacen enfadar -pero, que en el fondo, me muero por -, para quererme a escondidas, y hacerme de rabiar, para ser mi diario abierto a veces, o a voces. Que no me imagino mis 17 años sin ti. Un poco testarudo eres, pero, ¿quién no lo es cuándo quiere algo? Jode que escriba de ti sólo hoy. Te mereces una palabra bonita cada segundo. Y alientos de superación. Amigo, cómplice, hermano. Gracias por demostrarme que el ser humano aún tiene fuerzas, sentido del humor (y del amor). ¡Eres mi paraguas contra el Sol! 




(Joder, ¡que por algo somos de Enero!)



R, te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario