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El vecino de enfrente esta noche tampoco duerme. Últimamente andamos todos más preocupados por lo que no tenemos que de lo que tenemos delante. al lado. durmiendo. La nostalgia la ahogamos en un vaso sin flotador de mentiras que ya no se cree ni esa voz a la que intentamos calmar. Somos muchos zombies de día y pocos hombres de noche. Muchos cobardes y ninguno con una escopeta de besos para poder aniquilar al enemigo. Aunque ¿quién quiere enemigo teniéndonos a nosotros mismos? No sé si soy yo la idiota que está dejándose el camino a medio andar y sin migas de pan o tú el que me está robando los sueños. Por si acaso, voy a mantenerme alerta toda la noche, que prefiero mirarte toda la vida a despistarme y que se me caiga una pestaña al suelo y tú no te tires conmigo.