santificada sea tu música,
venga a mi tu inspiración,
esta noche y las demás.
Dame hoy la fuerza de cada día,
no perdones mis halagos,
como también yo me conformo
con tu voz;
¡por favor! déjame caer en tu tentación
y hazme el mal.
(que dicen que no hay mal que por bien no venga)
Amén
(tu amante no tan secreta)